Bale, el héroe que devolvió a Gales a la Copa del Mundo

Gales vuelve a una Copa Mundial de fútbol después de 64 años, gracias a Garet Bale, el capitán que se dejó la piel en cada partido, y que siempre priorizó a la selección nacional por delante de cualquier otra cosa, incluyendo a su club, hasta conseguir la hazaña.

Con un triunfo por 1-0 sobre Ucrania en la ronda decisiva, tras un gol de Bale en un lanzamiento de falta que se 'envenenó' al tocar la barrera, los galeses certificaron su presencia en la fase final de la Copa Mundial, prevista para Qatar durante los meses de noviembre y diciembre próximos.

Con esta clasificación, Bale, quien también fue importante para conseguir el primer boleto a una Eurocopa, en 2016, además de otro en 2020, se pone a la altura de las grandes leyendas del país, aquellas que formaron la generación de oro de los años cincuenta, y que terminaron por lograr el boleto para la lid mundialista de Suecia 1958.

Ha sido un resultado histórico, trabajado paso a paso, durante mucho tiempo y que llena de orgullo no solo a los seguidores del fútbol en Gales, que son muchos, sino a toda la población del país y hasta a las autoridades, que ven en Bale al gran artífice de la gesta.

Pese a todo esto, el capitán de la selección nacional, una de las cuatro federaciones que componen el Reino Unido, está sin trabajo y deberá encontrar un equipo pronto para mantener el ritmo de competencia y llegar al Mundial con el nivel necesario para aspirar a ir más allá de la fase de grupos.

Bale termina contrato con el Real Madrid el 30 de junio. El equipo de la capital española lo despidió en un comunicado, en el que le agradeció todo lo que aportó al club. Y lo hizo a lo grande, sin rencores por unos últimos años lastimosos, en los que apenas vio acción, incluso con una cesión al Tottenham por media temporada porque Zinedine Zidane no contaba con él.

El jugador, sin embargo, forma parte de la historia del Real Madrid. Su talento apareció en las grandes noches del club, como en aquella final de Copa del Rey en la que, pese a salir de la cancha, retomó la carrera para dejar atrás a Marc Bartra y sentenciar el partido con un gol por entre las piernas del portero del Barcelona José Manuel Pinto.

También fue de Bale el cabezazo que puso el 2-1 en la prórroga de la final de Champions de 2014, en Lisboa, ante el Atlético de Madrid, luego de la igualada 1-1 con sensacional gol de Sergio Ramos en un partido que parecía perdido y que terminó en goleada 4-1.

Garet aprovechó un rechace tras un disparo del argentino Ángel Di María y cabeceó a las redes para generar una explosión de alegría indescriptible, aunque después llegaron los goles de Marcelo y Cristiano Ronaldo para generar más tranquilidad y la certeza absoluta de la victoria.

En Madrid tampoco olvidan la final de la UEFA Champions League jugada en el Estadio Olímpico de Kiev, en 2018. Aquel día salió Isco y Bale se quedó en el banquillo, pero Zidane lo llamó después del descanso y su salida al ruedo fue fundamental en la victoria.

Con el partido empatado a uno, luego de los goles de Karim Benzema -por el error enorme de Loris Karius- y Sadio Mané, Bale marcó de chilena, espectacular, para sentenciar. El propio Zidane, en la banda, no se lo podía creer. El galés había entrado en el olimpo de los dioses del Madrid y eso no iba a cambiar.

Esa misma tarde anotó otro gol. Le pegó desde fuera del área, lejos del arco contrario, y la pelota, envenenada, golpeó las manos de Karius y se fue a las redes. Garet fue el hombre de la final y Karius comenzó el precipitado fin de su carrera. Era la decimotercera Champions del Real Madrid.

Cuatro años después, con el regreso de Carlo Ancelotti al banquillo del Real Madrid, Bale tuvo la oportunidad de retomar su protagonismo. En el primer partido de la temporada 2021-2022 de la Liga Española, salió como titular, pero abandonó el campo antes de terminar.

Era una muestra de la confianza que le tenía el entrenador, en un partido en el que el Madrid ganó 4-1, con facilidad, y en el cual Benzema anotó dos veces para demostrar que él iba a halar del carro en su condición de capitán dentro del campo.

En el segundo choque, ante el Levante, que terminó con empate 3-3, Bale anotó un gol, pero dejó el verde en el minuto 58, en un triple cambio de Ancelotti, en tanto el brasileño Vinicius marcaba en dos ocasiones y dejaba claro que merecía un puesto de titular. El belga Eden Hazard fue otro de los damnificados.

Aún así, en la tercera fecha, ante el Real Betis, que terminó con victoria blanca por 0-1, Ancelotti lo volvió a poner de inicio, aunque otra vez lo sacó antes del final para dar entrada a Marco Asensio. El técnico no estaba contento con su rendimiento.

Luego coincidieron molestias físicas, problemas de aptitud y de actitud, pero lo cierto es que el galés perdió peso en la plantilla y terminó por difuminarse, a pesar de que en momentos puntuales su presencia en la cancha pudo haber resuelto más de un problema. Le pasó como en años anteriores y por esa razón se llevó alguna pitada de la grada, que, sin embargo, lo aplaudió el día que celebraron en el Santiago Bernabéu el título de la Champions.

Se fue con cartel de leyenda, con casi una veintena de títulos, entre ellas cinco Champions, pero aún no sabe dónde jugará la próxima temporada. Antes del partido ante Ucrania por el boleto definitivo a la Copa Mundial, dijo que tenía muchas ofertas, y algunos imaginaron que una opción sería un retorno al Tottenham, pero Antonio Conté no lo quiere de regreso.

Entonces, hay quienes ven más probable que juege para el Cardiff City, de la Championship inglesa, en un contrato de corta duración, que se podría revisar una vez terminada la Copa Mundial.