Dos derrotas después el Manchester United explota el mercado

La temporada pasada sólo le dio al Manchester United para asegurarse un puesto en la presente edición de la UEFA Europa League. De nada le valió la contratación del francés Rafael Varanne o el regreso a casa del hijo pródigo, Cristiano Ronaldo, porque el aporte de ambos y del resto de la plantilla solo permitió ubicarse sexto, demasiado lejos del líder, incluso del Tottenham, cuarto y último con plaza Champions.

Uno de los más grandes clubes del mundo por historia y resultados, el United, apenas sumó 58 puntos, mientras los vecinos del Manchester City fueron los campeones con 93. Esas 35 unidades de diferencia duelen en Old Trafford, donde ya se cansaron de esperar que la situación dé un vuelco y el equipo vuelva a pelear por estar encima, por pelearle de tú a tú el liderazgo a los de Pep Guardiola, al Chelsea y al Liverpool.

Sin embargo, las dos primeras fechas del presente campeonato hicieron saltar las alarmas otra vez, a pesar de la llegada de Erik Ten Hag como nuevo entrenador. Dos derrotas en línea, la última de ellas por goleada ante el modesto Brentford, que en la campaña anterior terminó décimotercero, y el ecosistema del Manchester United está a punto de saltar por los aires. Los Red Devils no se pueden permitir situaciones como estas.

CON CRISTIANO EMPEZÓ TODO

Cuando terminó la temporada 2020-2021, Cristiano Ronaldo se propuso abandonar la Juventus de Turín. El portugués quería un equipo que peleara con opciones en la Champions y aunque su agente, Jorge Mendes, lo propuso a la mayoría de los equipos grandes, incluyendo el Real Madrid, terminó recalando en Old Trafford. El Teatro de los Sueños no era su destino inicial, sino el Ettihad Stadium, pero el United no se podía permitir que su otrora gran estrella fuera donde el gran rival de la ciudad.

Influenciados por el padre deportivo de CR7 y otrora entrenador del Manchester, Sir Alex Ferguson, los directivos del United le arrebataron al jugador al City en el último momento, pero su llegada y la de Varanne no cambiaron la situación, porque el equipo firmó su peor temporada en muchos años. Y ahora Cristiano quiere volver a irse, porque para él es importante jugar la Champions, en la cual es goleador histórico y está a un título de igualar a Paco Gento como máximo ganador.

CR7 ganó un título con el United y cuatro con el Real Madrid, en tanto el ya fallecido Gento lo hizo en seis ocasiones, todas ellas con el equipo blanco, y el portugués se resiste a pensar que no podrá igualarle, al tiempo que quiere defender su récord de goles en la competición continental, donde ha marcado en 141 ocasiones, 16 más que su más cercano perseguidor, el argentino Lionel Messi.

Desde el arranque de la pretemporada, llovieron las versiones sobre posibles salidas de Cristiano. Se habló, como no podía ser de otra forma, del Real Madrid, del Bayern Múnich, PSG, Barcelona, Chelsea y Atlético de Madrid, pero finalmente uno tras otros los clubes se fueron descolgando, porque Ronaldo gana un salario muy alto, inaccesible para algunos, y para otros no entra en los esquemas de los entrenadores de turno.

LA BÚSQUEDA DE NUEVOS JUGADORES

El año anterior, el Manchester mandó cedido al Sevilla español al atacante Anthony Martial, al cual recuperó para la presente temporada, sin apenas haber exhibido nada, y también vio salir al veterano uruguayo Edinson Cavani, cuyo contrato expiró en junio. Estaba claro que necesitaba jugadores para la línea de ataque, mucho más si al final salía Cristiano, pero la directiva se centró siempre en el mediocampo.

Por semanas corrieron rumores sobre diferentes ofertas al Barcelona por el neerlandés Frenkie de Jong, de un marcado interés por el estadounidense del Celsea Christian Pulisic, incluso por el compatriota de este Serginho Dest, quien también defiende los colores del equipo catalán, pero que no cuenta para el entrenador Xavi Hernández, quien le busca un sustituto en el mercado.

Ninguno de esos rumores cristalizó antes del arranque de la Premier y el United encajó dos derrotas consecutivas. La primera de ellas, en casa, ante el Brighton por 1-2, en un partido en el cual el único gol que marcaron fue en propia puerta por un jugador contrario. Y encima de eso, llegó la segunda fecha y la goleada sonada ante el Brentford, que pudo haberle hecho más daño, porque a los 35 minutos ganaba por 4-0.

Tras la segunda derrota apareció un nombre en escena: el brasileño Casemiro, toda una institución en el Real Madrid, un jugador de 30 años con cinco Champions en sus vitrinas y un compromiso a prueba de balas con el equipo de la capital española, al que le juró amor en más de una ocasión. Y a por él fue el United, con un par de grandes ofertas: una al jugador por casi el doble de lo que gana en el Santiago Bernabéu, y otra al Madrid.

CASEMIRO, EL HOMBRE DEL MOMENTO

Para todos el negocio era redondo. Casemiro pasaría de ganar unos seis o siete millones de euros por temporada al doble, le aumentarían la cantidad de años de contrato y firmaría el último gran pacto de su carera, además de probar su potencial en otras ligas. Y el Madrid recibiría 60 millones de euros fijos, más otros 10 en variables fáciles de cumplir. Así que todas las partes pusieron manos a la obra.

La prensa le dio rienda suelta a las especulaciones. Desde España algunos abogaron desde el primer momento por la salida del centrocampista, unas veces con buena intención y otras no tanto. A los seguidores del Barcelona o del Atlético de Madrid les venía muy bien su salida, pero a los medios cercanos al Real Madrid no le hizo tanta gracia, porque sin él, el equipo no sería igual de poderoso, ni tendría las mismas opciones en Liga y Champions.

Pero igual, el Real Madrid ya había fichado a un sustituto, en Aurelién Tchouaméni. O dos, si tenemos en cuenta que Eduardo Camavinga también puede actuar como pivote. Y encima de eso iba a ingresar una suma considerable por un jugador que muy bien pudiera devaluarse en los próximos años. Además, Casemiro nunca se iba a ir en malos términos de la que fue su casa por casi una década.

Todos pusieron manos a la obra y el acuerdo se puso a punto, en una negociación en la cual todas las partes parecen estar de acuerdo y felices. El United porque consigue a un jugador importante para el centro del campo, a un futbolista experimentado, con liderazgo y ambición, capaz de convertirse en referencia en la cancha y el vestuario.

Casemiro porque a su cuenta llegarán casi 150 millones de dólares más, una cifra considerable, que le permitirá hacer lo que le venga en gana una vez termine su carrera de futbolista. Y el Real Madrid porque volverá a llegar dinero fresco a sus arcas, además de que se quita de encima lo que pudo ser un problema en el futuro. A fin de cuentas a Tchouaméni lo ficharon para ser el relevo del brasileño y tenerlos a los dos podía ser perjudicial para algunos.

Y lo mejor, el jugador y su anterior club se van a separar pero mantendrán la misma relación cordial, porque todo se hizo de mutuo acuerdo, como en esos divorcios en los que todos ganan, incluyendo a los hijos de la pareja, porque todos tienen algo de lo cual alegrarse. Sin embargo, tal vez no todo salga tan bien. Puede que el Casemiro del United no sea el del Madrid, que el jugador no se adapte a la Premier o que Carlo Ancelotti sufra la ausencia de su caudillo en la media cancha.