El último campeón de fútbol inglés, el Manchester City, perenne candidato a ganar la UEFA Champions League en los últimos años sin poder lograrlo, está de nuevo en el centro de una tormenta de grandes dimensiones, que puede costarle duras sanciones, incluso la pérdida de la categoría, aunque apenas el escándalo acaba de estallar y es muy temprano para hacer conjeturas.
La Premier League emitió un comunicado en el que informa haber acusado al City de un grupo numeroso de infracciones de las reglas financieras, algo que puede ser nuevo para algunos lectores pero de lo cual se habla en el mundo del fútbol desde hace un tiempo, por la forma en que el club maneja los fondos, los salarios, las compras y las ventas de sus jugadores, la mayoría de ellos estrellas de nivel mundial.
Las acusaciones a las que se refiere la directiva de la Premier en su comunicado no recogen solo lo acontecido en el último año, incluso ni en el pasado campeonato, sino que van mucho más atrás, y llegan hasta la temporada de 2009-210, justo cuando el City comenzó a tomar altura y a hacerse un equipo importante en el campeonato más fuerte del mundo.
¿EL SALTO DE LA NADA A LA CIMA PREOCUPÓ SIEMPRE?
El City ganó su primer campeonato inglés en la temporada de 1936-1937, con una mezcla entre Bob Smith y Wilf Wild como jefes y con el delantero Peter Doherty como gran goleador, al anotar 30 veces en el torneo, seguido por los también atacantes Eric Brook (20) y Fred Tilson y Alec Herd (15 cada uno). Sin embargo, tuvo que esperar muchos años para volver a proclamarse campeón.
Eso ocurrió mucho después de la guerra, en la temporada de 1967-1968, esta vez con dos técnicos Joe Mercer y Malconm Allison y con un goleador de raza en Neil Young, que anotó 19 veces en la Liga y otras dos en el resto de las competiciones. Ese año, en un partido contra sus vecinos del Manchester United, el estadio del City tuvo un aforo récord de 62.942 aficionados.
Sin embargo, los años siguientes, otra vez más de 30, volvieron a ser difíciles para el llamado segundo equipo de Manchester, que en 1977 tuvo una buena temporada, pero no le bastó para ganar y se tuvo que conformar con un subcampeonato, detrás de un Liverpool imponente. Pero llegó la segunda década de este siglo y el City, con dinero procedente de los petrodólares árabes, dio un salto de calidad tremendo.
Ganó otra vez en la temporada de 2011-2012. Con plata lograron reunir una constelación de estrellas como los argentinos Sergio Aguero y Carlos Tévez, el italiano Mario Balotelli, el centrocampista Yaya Touré y el belga Vicent Kompany, todos bajo la égida de un entrenador experimentado como el italiano Roberto Mancini, y ya en el Etihad Stadium.
El club, que había sido fundado el 1 de enero de 1880 comenzó más de 130 años después, a dominar la Premier con mano férrea, aunque cambió de entrenador, incluso ganando, porque si le iba bien en el torneo doméstico, no terminaba de ganar en la Champions, razón por la cual contrataron al laureado técnico español Pep Guardiola, pero, al parecer, el manejo de los salarios y los pagos no quedaron claros y aparecieron los problemas.
NO ES LA PRIMERA TRAMPA
En Inglaterra saben -y algunas personalidades y medios de prensa lo han manifestado en alguna ocasión anterior- que el Manchester City lleva años jugando sucio. Incluso, hubo quien advirtió que la Premier no había tenido valor de sancionar al club por las trampas contables que había hecho durante años, aunque la UEFA sí se metió en alguna irregularidad con los fichajes, y luego los tribunales absolvieron a la institución por mal manejo de los tiempos.
El comunicado, anunciando el proceso de ahora, advierte que se violaron las reglas en nueve temporadas diferentes desde la 2009-2010 hasta la fecha, y aunque uno se pregunte cómo es que se vienen a dar cuenta los directivos de la Premier solo ahora, esta aclara que la información que se le brindó a la directiva del torneo no fue veraz, entre ella el salario de cuatro años del entrenador, en lo que puede estar involucrado Pep Guardiola.
También lo acusa la Premier de no haber aportado los documentos necesarios, sobre todo desde diciembre de 2018, y advierte que tampoco ha cooperado en las investigaciones. El club, por su parte, emitió un comunicado en el que muestra su extrañeza, advierte que está sorprendido y dice estar listo para recibir a una comisión independiente que se encargue de esclarecer la situación.
Si el Manchester pierde la categoría o recibe algún otro tipo de sanción, que puede incluir hasta la expulsión de la Premier, podría convertirse en un mercado ideal para los grandes de Europa, que irían a pescar en aguas revueltas en un sitio donde hay una gran cantidad de estrellas, muy apetecibles, entre ellos el noruego Erling Haaland, el argentino Julián Álvarez, el brasileño Ederson, o el portugués Ruben Días.
No serán los únicos, porque el argelino Riyad Mahrez, el español Rodri, los ingleses Jack Grealish, Phil Foden, Kyle Walker o JOhn Stones, y el belga Kevin de Bruyne estarían en el centro de atención. Todo eso, además de lanzar un mensaje claro a los nuevos ricos del fútbol mundial, casi todos clubes ingleses, que no se han medido en gastar sumas enormes, muchas veces con dudas sobre cómo logran obtenerlas.
