El Bayern de Múnich sometió al PSG en los octavos de final de la presenta edición de la UEFA Champions League. Y el Milán AC aguantó los embates del Tottenham y también se clasificó a cuartos. Otra vez los nuevos ricos caen ante la vieja realeza del fútbol europeo, en una muestra más de que no siempre quien tiene más dinero, quien gasta más o tiene dueños más poderosos, consigue lo que se propone.
Cuando se sortearon los octavos de final, la mayoría de los analistas daba como favorito al Tottenham sobre el Milán AC. El equipo londinense, uno de los que más dinero gasta en la Liga Premier, parecía un monstruo delante del último campeón de Italia, un club venido a menos por los problemas económicos de los últimos años, pero con un palmarés enorme en Europa. Y sacó a relucir ese pedigree y avanzó a cuartos.
Un gol en la ida de Brahim Díaz fue suficiente para sentenciar el pareo, porque en los 180 minutos de juego ningún otro jugador logró convertir y el Milán certificó un regreso a cuartos de final 11 años después, aunque para ellos haya tenido que defender cada palmo de terreno con dedicación especial, pero esas también son formas de ganar en el fútbol, un deporte en el que cada uno intenta sacar partido de sus mejores armas.
EL BAYERN APLASTÓ AL PSG
Si el Milán AC tuvo que sufrir para imponerse al Tottenham, no pasó lo mismo con el Bayern, un grande de Europa, que no creyó en los cientos de millones de dólares que mete Qatar cada año al PSG con la intención de comprar a los mejores jugadores del mundo, y los derrotó tanto en la ida como en la vuelta. Los bávaros ganaron con clase, con garrá, pero también con buen fútbol y mucha solvencia.
La ida, en el Parque de los Príncipes, de París, se solventó con un 0-1 que dejaba abierta la eliminatoria, mucho más porque el once francés iba a contar desde el inicio con Kylian Mbappé, quien apenas había jugado unos minutos en casa y creado serios problemas a los rivales. Al menos eso decían los medios de prensa galos, que esperaban el momento de pasar por encima del poderoso Bayern.
Para la vuelta, en el Allianz Arena, estuvo Mbappé desde el principio y la ausencia del brasileño Nyemar Jr., por lesión, fue tomada como una bendición para el entrenador Christophe Glatier, quien tendría la oportunidad de colocar un hombre más con capacidad para defender, y ya no serían Mbappé, Messi y Neymar sin echar una mano en las tareas de contención de la ofensiva rival.
Pues nada, no estuvo Neymar, Mbappé salió como un bólido en los primeros minutos y llevó peligro a las cercanías del arco rival, pero esas fuerzas y esos tirones se fueron difuminando con el tiempo, el PSG perdió empuje, de Mbappé se supo poco, y Lionel Messi desapareció luego de los primeros 20 minutos. El mejor jugador del Mundial no apareció, y las acciones más peligrosas del PSG llegaron por cabezazos de Sergio Ramos a balón parado.
El revés y la eliminación constituyen la sentencia a Galtier y posiblemente a todo el proyecto del PSG, que cae en octavos de Champions por quinta vez en los últimos siete años, una situación muy dolorosa para un club que se ha gastado mucho dinero con la intención de ganar la competición europea, y que se le vuelve esquiva edición tras edición, sin poder dar con la tecla para imponerse, más allá de los gastos que realiza.
CHELSEA Y BENFICA TAMBIÉN AVANZAN
Antes de los partidos del miércoles, que marcaron el pase a cuartos de Bayer Múnich y Milán AC, lo hicieron el Chelsea inglés y el Benfica portugués, quienes estarán en los bombos junto a los cuatro que consigan su pase la próxima semana, en pareos no menos interesantes, algunos de ellos abiertos, pero otros muy cerrados, por lo que no sería extraño una sorpresa de última hora.
El Real Madrid, actual campeón y ganador por 5-2 ante el Liverpool en el partido de ida, es uno de los que debería estar, sobre todo por lo que significaron aquellos cinco goles en Anfield ante el actual subcampeón de Europa, pero el fútbol no siempre corre por cauces normales, y nadie mejor para dar una sorpresa que el equipo de Jurgen Klopp, especialista en remontadas.
Claro, el Madrid jugará en el Santiago Bernabeu, un campo que le transmite a sus jugadores energías diferentes en las llamadas noches de Champions, y si alguien tiene dudas que se ponga un vídeo con las remontadas del año anterior ante PSG, Chelsea o Manchester City, en partidos y series que parecían perdidas y que de pronto levantaron jugadores y afición en una comunión casi única e incomprensible para muchos.
Pendientes quedan, además, un pareo Oporto versus Inter de Milán, con ventaja para los italianos, que ganaron en el Guiseppe Meaza por 1-0, y que deberán defenderlo en O Dragao si no quieren regresar a casa con otro fracaso europeo, mientras el Manchester City recibirá en casa al Leipzig, luego de igualar 1-1 a uno la ida en Alemania. El equipo de Guardiola es otro que busca su primer título de Champions luego de muchos millones gastados.
El último puesto a octavos saldrá del pareo entre el Eintracht Frankfurt y el Nápoles italiano, el equipo de moda en Europa, por su condición de líder cómodo en el Calcio y su vistoso juego, tanto en la competición doméstica como en la europea. Jugar en el estadio Diego Armando Maradona les da un plus extra a su ya condición de favoritos para pasar de ronda, pero ya sabemos que el fútbol a veces es veleidoso y no siempre gana el que más dinero invierte.
