El futbolista español Santi Mina, delantero en el Real Club Celta de Vigo, ha sido condenado a cuatro años de prisión por un delito de abuso sexual.
Los hechos se remontan a junio de 2017, cuando el deportista quiso sumarse a la juerga de su amigo, el también futbolista David Goldar, que jugaba en el Nàstic de Tarragona. Mina era entonces jugador del Valencia y ambos estaban de vacaciones en la localidad almeriense de Mojácar. Goldar se encontraba acompañado de un joven en la caravana estacionada junto a una discoteca. El acusado decidió entonces sumarse y satisfacer su "apetito sexual" con la víctima, aunque esta manifestó su “voluntad contraria", según explicó la Fiscalía.
En la acusación se narra que tras su primera negativa, Mina salió de la caravana, para entrar poco después y agredirla sexualmente. Diversas fuentes aseguran que Mina entró desnudo y que le realizó diversos tocamientos, que se relatan bastante explícitamente en el documento.
Tras la denuncia de la joven ese mismo día, Mina y Goldar fueron detenidos y puestos en libertad unas horas después, pero para ella la pesadilla ha continuado, ya que sufre aún trastorno de estrés postraumático crónico, con síntomas graves de ansiedad y depresión.
Para el futbolista las cosas no han ido tampoco demasiado bien con esta acusación, y ahora, casi 5 años después, finalmente se imparte justicia.
La Audiencia Provincial de Almería lo ha declarado culpable de abuso sexual, aunque lo absolvió del delito de agresión sexual; también le impuso una orden de alejamiento de 500 metros respecto de la víctima durante 12 años y el pago de una indemnización de 50.000 euros. Mientras liberó a su amigo Goldar por considerar que no tuvo responsabilidad en los hechos.
Mina recurrirá la decisión judicial con el argumento de que la denunciante "prestó su consentimiento en todo momento". Por ese motivo, es una sentencia que aún no es firme y que podrá pasar por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y después por el Tribunal Supremo. Si agotados los recursos se mantiene la pena de cuatro años, el delantero deberá entrar en prisión, ya que la legislación española establece el ingreso obligatorio a los condenados cuya pena sea superior a dos años.
Mientras tanto, el Celta ha publicado un comunicado donde aclara su postura y condena los hechos de los que se acusa a su jugador.
"A raíz de la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, emitida en la jornada de hoy, el RC Celta ha decidido la apertura de un expediente disciplinario al jugador Santiago Mina para dilucidar sus responsabilidades laborales a la vista de esta resolución”.
El jugador ha sido apartado provisionalmente de los entrenamientos del primer equipo, “sin perjuicio de que continúe realizando las actividades que al efecto le indique el club", según el comunicado.
"El RC Celta respeta el derecho de defensa del jugador, pero se ve en la obligación de tomar medidas frente a aquellos hechos que menoscaban de forma notoria la imagen del club y atentan directamente contra sus valores, mostrando una vez más su más absoluto rechazo hacia el delito tipificado en la resolución judicial".
Este es solo uno de los muchos casos de escándalo por motivos sexuales que involucran a futbolistas. A veces hasta a un equipo casi completo, como el SK Brann, cuando en 2021 una docena de futbolistas de su primera plantilla celebró una fiesta en el interior de su estadio, en la que habrían mantenido relaciones sexuales con cuatro mujeres.
Por su parte, en 2015 el Leicester City se vio obligado a despedir a tres futbolistas, incluido el hijo del entrenador, por un cuestionado vídeo sexual durante una gira en Tailandia.
Ni los más conocidos, como el inglés John Terry, Bezema, Neymar Jr. o el mismísimo Cristiano Ronaldo, han podido escapar de situaciones o acusaciones de este tipo.
Ciertas o no, son reflejo de un fenómeno que alcanza a deportistas, o famosos en general, que a veces se creen por encima del bien y del mal, hasta que topan con la justicia.
