Tchouaméni, manzana de discordia entre los grandes del fútbol europeo

Aurélien Tchouaméni todavía pertenece al As Mónaco, pero por él suspiran los grandes del fútbol europeo, en una carrera que ayudará al equipo monegasco a sacar la mejor tajada posible, porque se trata de uno de los centrocampistas con más presente y futuro del más universal a día de hoy.

Internacional con la selección francesa, con unas condiciones físicas y técnicas envidiables, el jugador está en la agenda de varios de los poderosos del viejo continente, entre ellos Liverpool, Real Madrid y PSG. Y aunque en las últimas horas suena como inminente su fichaje por el equipo de la capital española, nadie puede asegurar que así sea, y solo hay que recordar el reciente y sonado caso de Kyllian Mbappé.

Mbappé lo tenía hecho con el Real Madrid, decían los medios. Y el presidente de la llamada Casa Blanca, Florentino Pérez, aseguraba estar tranquilo ante la posibilidad de que el jugador del PSG llegara a su equipo tras finalizar su contrato con los parisinos, pero a última hora todo cambió de rumbo, renovó por cifras estratosféricas y en Madrid se quedaron como la novia a la que el novio deja plantada.

Fue un golpe duro, difícil de digerir para los madridistas y sobre todo para Florentino Pérez, quien activó entonces una operación que tenía en segundo plano, la de Aurélien Tchouaméni.

Con dinero suficiente, todo el que se ahorró con la negativa de Mbappé, el hombre fuerte del Real Madrid salió a por el centrocampista del Mónaco, porque el equipo de Ancelotti necesita dos hombres de garantía en la posición donde juega el brasileño Casemiro, sin relevo hasta ahora en la plantilla.

Desde el Principado, la emisora RMC da por hecho el traspaso y aduce que solo faltan unos flecos, además de que el fichaje rondaría los 80 millones, entre fijos y variables, estas últimas siempre fáciles de cumplir, como hacen habitualmente los clubes para diferir las enormes sumas que deben pagar por un jugador.

Hasta el entrenador Carlo Ancelotti llamó a Tchouaméni. Dicen algunos medios que no le prometió nada. Y es lógico: la mayoría de los entrenadores no garantizan la titularidad a ningún jugador, a menos que sea una super estrella mundial, y a veces ni eso.

Pero al francés lo llamó también Jurgen Klopp. El capataz del Liverpool le habló de su proyecto, de lo importante que sería en la ciudad de los Beatles y de todo lo que podría conseguir allí. Y también usó el teléfono Kyllian Mbappé, convertido, tras su renovación, en una especie de todopoderoso personaje en el organigrama del PSG.

A ciencia cierta, nadie sabe qué le ofreció Mbappé, pero en su nueva condición de jugador omnipotente casi seguro le habló del proyecto floreciente que tiene Qatar en la capital francesa, cuyo fin único es ganar la Liga de Campeones, sin importar nada más, incluido lo que haya que gastar, para conseguirlo.

Ahora, cuando están líneas sean públicas, Tchouaméni estará concentrado con la selección gala, muy cerca del atacante del PSG, que puede aprovechar la cercanía para intentar convencerle de una vez para que cambie de destino. Y esa es una de las razones por las cuales desde Madrid aprietan. Mbappé ya los dejó plantados y no quieren que otro jugador lo vaya a hacer motivado por el ahora villano para la afición blanca.

El mundo del fútbol es muy cambiante y un jugador puede llegar a un acuerdo con más de un club a la vez y luego darle marcha atrás, sobre todo si no se firmó un pacto que garantice que no hay retroceso posible. De esos casos hay decenas, incluso muy recientes.

Por ahora sigue la disputa, los equipos filtran, el entorno del jugador también, siempre con el propósito de conseguir más dinero. Del Madrid saben que en sus arcas hay más de 200 millones, aquellos que en el verano pasado ofrecieron por el fichaje de Mbappé, y del PSG conocen que tiene detrás a Qatar, que no dudaría ni un momento en abrir su erario para satisfacer sus caprichos.

Por eso, y aunque el Liverpool parece medio apartado, a la novela de Aurélien Tchouaméni le pueden quedar algunos capítulos, al menos hasta que no haya firmado un acuerdo definitivo. Porque la historia de los clubes engancha, y Liverpool y Real Madrid tienen historiales enormes, pero los millones del PSG -léase Qatar- también juegan su papel.

Tchouaméni se convirtió de pronto en la la manzana de la discordia entre tres de los grandes clubes europeos y habría que ver cuál de ellos terminará por darse el gusto de incorporarlo a su plantilla. Con el todavía centrocampista del Mónaco no deben ir muy lejos las cosas. Todo se resolverá en días u horas, según algunos medios.

Y si bien es cierto que quien logre hacerse con su ficha, habrá incorporado a un gran jugador, también lo es que el Mónaco terminará ingresando una suma suculenta y el propio Tchouaméni conseguirá un altísimo salario. Todo eso fruto de la puja entre los grandes del fútbol.