El Chelsea echa a Tuchel y busca técnico

El Chelsea despidió a Thomas Tuchel, el técnico con el que ganó la última UEFA Champions League de su historia y el que lo llevó el año anterior a cuartos de final de la referida competición, y le garantizó jugarla este año al incluir al equipo entre los cuatro primeros de la Liga Premier, que no es poco si miramos la cantidad de estrellas que tiene cada uno de los clubes de aquel torneo.

La nueva directiva, que adquirió el club hace poco más de tres meses, de manos del magnate ruso Roman Abramovich continúa la limpieza de todo lo que tuviera que ver con el pasado de la entidad y suma al entrenador a otros nombres que ya dijeron adiós, como la mano derecha del multimillonario, Marina Granovskaia, el otrora arquero devenido consultor Petr Cech, o Bruce Buck.

Así que lo de Tuchel, si lo miramos bien, se veía venir. La nueva directiva solo esperaba un resbalón para apartar al técnico que se proclamó campeón de la Champions durante la temporada 2020-2021, en apenas unos meses al frente del club, si recordamos que había sido cesado del PSG francés poco antes, cuando lo contrataron desde Stamford Bridge y ganó el trofeo mayor.

¿VENDES O VENDES?

Luego de la invasión rusa a Ucrania, las miradas del gobierno se volvieron contra Abramovich y el Chelsea, un club al cual el magnate ruso ubicó en la élite europea con constantes desembolsos de cifras astronómicas para llevar a Stamford Bridge a muchos de los mejores jugadores del mundo. De esa forma, el equipo londinense ganó la Premier y dos Champions.

Con ese palmarés era suficiente para ubicarse entre la crema y nata del fútbol de clubes en Europa y el mundo, al mismo nivel que el Manchester United, Bayern Múnich, Barcelona, Milán AC, Liverpool, Juventus de Turín y Real Madrid, y por delante del Manchester City y el PSG, dos clubes que pertenecen a las monarquías petroleras árabes, las cuales se gastan sumas enormes en busca de un título europeo, sin conseguirlo hasta ahora.

Pero después del ataque ruso a Ucrania, Abramovich no tuvo más opciones que vender. No hubiera querido hacerlo, porque, para él, el Chelsea era como su juguete preferido, donde se gastaba a placer sus millones y mediante el cual su nombre era conocido en medio mundo. No solo era un magnate ruso, sino un hombre del fútbol, dueño de un gran club, y eso es glamour para muchos en estos tiempos.

Apareció entonces un consorcio estadounidense, dirigido Todd Boehly, uno de los propietarios del club de béisbol Los Angeles Dodgers, puso 5.200 millones de dólares sobre la mesa, y Abramovich cargó con ellos, le dio la mano, y el club cambió de dueño. Pero desde el mismo momento las cosas comenzaron a cambiar para los londinenses, con varias salidas inesperadas, que terminaron con la cesión del técnico.

SALIDAS INESPERADAS, FICHAJES SIN SENTIDO

La temporada anterior el Chelsea llegó hasta octavos de finales de Champions. En esa instancia se tropezó con el Real Madrid, a la postre Campeón, y quedó eliminado, pero no jugó mal, y el equipo ofreció un buen fútbol y peleó hasta el último momento para seguir en la competición. Perdió 1-3 en casa y ganó 2-3 en el Santiago Bernabéu, en un encuentro antológico, en el cual no pudo mantener la ventaja en la vuelta que llegó a ser de 0-3.

Luego de eso, se fueron libres, al Real Madrid y al Barcelona, el alemán Antonio Rudiger y el danés Andreas Christensen, que formaban la pareja de centrales titulares para Tuchel. Y por si fuera poco, el club permitió la vuelta al Inter de Milán del belga Romelu Lukaku, y al RB Leipzig del alemán Timo Werner, dos de los contratados para resolver el problema con el gol.

La salida de estos jugadores, además de la del lateral izquierdo Marcos Alonso al Barcelona, y rumores sobre la marcha del capitán César Azpilicueta y el arquero suplente Kepa Arrizabalaga, provocaron incertidumbre en la directiva, que aprovechó el mercado para buscar refuerzos de garantías, pero terminó cometiendo una de las locuras más grandes de los últimos años a la hora de invertir dinero en jugadores.

El equipo, tras la posible salida de Alonso, casi regalado, necesitaba un nuevo lateral izquierdo. Y como el Manchester City se había lanzado por Marc Cucurella, hicieron hasta lo imposible por llevarlo a Stamford Bridge, y pagaron por él la friolera de 68 millones de euros fijos, más otros cinco en variables, cifras que a nadie se le hubiera ocurrido y que posiblemente nunca más nadie pague por un futbolista de ese nivel.

EL RELEVO DE TUCHEL

Tuchel es un gran técnico. Para algunos entendidos en el top five del fútbol, aunque algunos podamos pensar que no es para tanto y que entre los 10 primeros estaría bien. Y encontrarle un sustituto no será tarea fácil, por más que hay muy buenos estrategas en el paro por estos tiempos, pero falta saber si alguno está dispuesto a hacerse cargo de un equipo al que le van a pedir mucho sin contar con los jugadores necesarios.

Los primeros rumores indican que el preferido por la junta directiva es Graham Potter, quien entrena al Brighton & Hove Albion, de destacada actuación en la presente edición de la Premier, pero sacarlo de allí costará trabajo y dinero, por lo que sería mucho más conveniente buscarse a un estratega que esté sin empleo y que pueda aceptar el puesto de técnico. Y mucho mejor si conoce la Premier y la Champions.

El primero de los candidatos, con esas condiciones, pudiera ser el argentino Mauricio Pochettino, quien entrenó al Tottenham y lo llevó a una final de la UEFA Champions League, suficiente como para darle el puesto de mando, por su conocimiento de la referida competición y del torneo local, pero es solo la segunda opción después de Potter, y es posible que nunca se decidan por él.

Los medios hablan también de Zinedine Zidane, el otrora jugador y entrenador del Real Madrid, considerado poco menos que un gurú de los banquillos, pero más inclinado a esperar por una selección, específicamente la francesa, para continuar su labor como técnico. Zizou dejó el Madrid hace un año y aunque se le vinculó con el PSG, su entorno considera que solo volverá a trabajar para una escuadra nacional.

EL INGRATO OFICIO DE ENTRENADOR

Tuchel no ha hecho un mal trabajo frente al Chelsea. Incluso ni en esta temporada. Ha ganado tres de los seis partidos disputados en la Premier, empatado uno y perdido los otros dos, pero la competición apenas comienza y viene de ganar por 2-1 al West Ham. Con esa victoria subió al sexto puesto, incluso por delante de uno de los favoritos, el subcampeón del año anterior, el Liverpool, finalista, además, de la Champions.

Pero perdió en su estreno en Champions ante el Dinamo de Zagreb, en un partido en el cual los londinenses tuvieron opciones de marcar más de un gol, pero el fútbol es eso y no basta con tener ocasiones, sino con mandar la pelota al fondo de las redes y eso le faltó a los de Tuchel, que desde hoy tendrán que adaptarse a un nuevo técnico, mientras corren rumores de última hora de que ya negocian con Potter.

Para algunos cercanos al Chelsea, la causa de la salida del entrenador pasa por su nueva relación sentimental, una joven brasileña que, al parecer, no cae muy bien en la cúpula del club, y a la negativa de fichar al portugués Cristiano Ronaldo, a quien el ahora exentrenador veía como sustituto ideal ante las salidas de Lukaku y Timo Werner. Pero esas no son más que versiones.

De cualquier manera, Tuchel supo siempre que el de entrenador de fútbol es de los puestos de trabajo mejor pagados del mundo, y al mismo tiempo uno de los más ingratos. Ahora le tocó irse, pero puede que pronto encuentre otro club que le ofrezca salir del paro.