Aquello de que goles son amores, es una verdad tan alta como la copa de un pino. Cuando el balón entra en la cabaña contraria, todo cambia en el fútbol, porque es la única forma de ganar. Un gol puede marcar todas las diferencias y determinar el devenir de un partido o de una temporada. Por eso los jugadores que tienen gol son los más caros, porque es lo que más necesitan los clubes, de cualquier liga.
No es fácil ser un gran defensor, pero nunca un buen zaguero tendrá el valor de un goleador, tal vez por aquello de que es más fácil romper que crear, y la Real Sociedad lo sabe, porque lleva muchos minutos sin conseguir al menos una diana. Digamos que si hubiera anotado al menos una vez ante el PSG en el Parque de los Príncipes, ahora mismo se pudiera pensar en una remontada, pero tal como tienen la pólvora los atacante de Imanol Alguacil es muy complicado.
En el fútbol de alta competición puedes jugar bien, preservar los espacios como nadie, resguardar tu arco, juntar las líneas, evitar el juego aéreo del rival y tener hasta una estrategia clara y limpia para llegar al rival, pero si la pelota no entra, no pintas nada. Sin goles no hay triunfos, no hay títulos, no hay esperanzas ni ilusiones y esa situación termina por agotar la paciencia de la afición y de los directivos, y lo suele pagar el técnico.
CASI 500 MINUTOS SIN VER PUERTA
Los de Imanol llevan cinco partidos sin marcar un gol. En Liga no anotan desde el minuto 11 del choque ante el Celta de Vigo en Balaídos, por intermedio de Brais Méndez. Aquel día, el equipo de Imano se llevó la victoria por 0-1, pero no sin sufrir en el campo, a pesar de que tuvieron oportunidades que no cristalizaron nunca, como si de pronto por algún fenómeno desconocido, a sus delanteros se le hubiera olvidado anotar.
En la jornada siguiente, la 22, apenas sacaron un empate sin goles en el Real Arena (Anoet), frente al Rayo Vallecano. El equipo se sintió la ausencia del extremo japonés Takefusa Kubo, quien fue llamado por la selección de su país para disputar la Copa de Asía de Naciones, y sin el pequeño atacante en el campo la linea ofensiva de Imanol perdió en calidad y se le extravío el camino a las redes contrarias, sin recuperarlo más.
El empate ante el Rayo fue el sábado 27 de enero. Y siete días después, entonces como huéspedes del Girona, por aquel entonces líder, también se fueron sin goles del Estado Municipal de Montilivi. Por entonces, un empate ante el sorprendente once catalán no estaba mal, pero ya eran dos partidos, 180 minutos al menos, sin ver puerta. Y por delante tendría la ida de las semifinales de la Copa del Rey ante el Real Mallorca en Son Moix.
Cierto que en una eliminatoria de ida y vuelta un empate sin goles no está mal. Y eso fue lo que hicieron ante el a veces rocoso equipo de Javier Aguirre. Dejaron el pareo abierto para definir en casa, el martes 27 de enero. Para entonces, Imano espera que todos esos problemas con el gol formen parte del pasado. A él le basta con uno más que el equipo del Vasco, porque una victoria permitiría muchas cosas, entre ellas jugar la próxima Supercopa de España en Arabia Saudita.
Luego de dos fechas sin anotar en La Liga, el equipo txuri urdin se fue hasta El Sadar para medirse al Osasuna y también perdió, esta vez por 1-0. En Liga, desde aquel gol de Brais Méndez, en el minuto 11 ante el Celta, el 20 de enero, no ven puerta. En Copa hicieron dos goles tres días después, en cuartos de final de la Copa del Rey. Entonces lo hicieron Mikel Pyarzabal y Sheraldo Becker, a los minutos 2 y 66.
LOS OBJETIVOS NECESITAN GOLES
A finales de septiembre, los goles se le caían a los de Imanol. Le hicieron cuatro al Getafe, jugando como locales, para ganarles 4-3 y luego ganaron por 3-0 el derby vasco ante el Athletic Club de Bilbao, pero la llegada de octubre y luego de noviembre hizo que el equipo perdiera el olfato goleador, incluso hasta en los partidos en los que crearon infinidad de ocasiones, terminaron sin marcar.
El ejemplo más elocuente fue la derrota por 0-1 ante el Barcelona. En los 10 primeros minutos, los de Imanol pudieron marcar hasta tres goles. Y las situaciones se repitieron durante el partido. El equipo de casa tenía controlado al rival, pero la pelota no entraba. Un empate parecía injusto, pero ni eso consiguieron, porque cuando se jugaba el segundo minuto del alargue, el uruguayo Ronald Araújo puso el 0-1. Era tremendo.
Este domingo, el rival será el Mallorca, en Son Moix. En la ida, la Real ganó por 1-0 como local, pero con sufrimiento. Solo con la entrada en cancha de Kubo y Traoré, los de casa pudieron quebrar el infernal ritmo del rival y con Brais Méndez como artífice, se llevaron un 1-0 que tal vez no merecieron. El del fin de semana será el tercer enfrentamiento del año entre ambos club, que servirá como aperitivo para el más importante, el de la vuelta de semifinales de la Copa del Rey.
Tal vez el de la Copa del Rey sea el más trascendental de los encuentros que le queden al equipo de Imanol. Si lo ganan, disputarán un título, y tendrá la posibilidad de jugar por otro, el de la Supercopa de España. Luego, si logran vencer en la vuelta de octavos de Champions al PSG entrarían en el capítulo de las grandes sorpresas de la historia del fútbol mundial y tal vez del deporte.
En la ida, los de Imanol controlaron muy bien al rival en la primera parte. Pero al ataque estuvieron cautelosos y sin acierto. Se comieron varias oportunidades, como una clara de Mikel Merino, y el rival, con Kylian Mbappé como gran estrella, no lo perdonó. Dos grandes errores defensivos los mandaron a la lona y están obligados a marcar tres goles y no permitir para seguir adelante. En La Liga están en la pelea por entrar en Europa.
