Los Yankees patinan pero siguen arriba en la MLB

Hace unos días la otrora gran estrella de las Grandes Ligas Alex Rodríguez dijo que Aaron Judge era en la actualidad el mejor jugador, la estrella del momento. Por esos días los Yankees parecían invencibles, todo les salía bien y ningún rival podía ofrecerles resistencia en el terreno. Pero el deporte siempre trae sorpresas y unos días después ni Judge parece tan determinante ni los Mulos de Mahattan tan poderosos e invencibles.

Vencida la mitad del calendario regular, el bate de El Juez, como llaman al portentoso jugador de 2.01 metros y 127 kilos, ha comenzado a enfriarse, y si bien no es para alarmarse porque la temporada aún es joven, lo cierto es que ya no lleva el mismo paso de hace unas semanas. Sin embargo, sigue como puntero en jonrones de la Liga Americana y segundo en impulsadas, además de tener un muy decente .282 de promedio de bateo.

Los Yankees también se están acomodando al accionar normal de un equipo ganador. Ese promedio de victorias muy superior a .700, que llegó incluso a .750, comenzó a caer. Con su derrota por 4-3 ante los Rojos de Cincinnati este martes sumaron su tercer fracaso en línea. Y me pregunto si alguien puede recordar otro momento así desde que arrancó al lid a principios del mes de abril.

De los últimos 10 juegos, los Yankees solo han ganado cinco, sin embargo su ventaja sobre el grupo de perseguidores en la división del Este es muy amplia. Le sacan 14 juegos a los Rays de Tampa Bay, 14.5 a los Medias Rojas de Bostón y 15 y medio a los Azulejos de Toronto. Todo eso en la única llave en la que todos sus integrantes juegan para .500 o más, porque los Orioles de Baltimore andan por un nada desdeñable .500, gracias a su 44-44.

Si la temporada terminara ahora, salvo los líderes de las divisiones Central y Oeste, Twins de Minnesota y Astros de Houston, todos los clasificados a postemporada serían del Este. Y eso habla muy bien del tremendo paso de los Yankees, quienes, pese a los tropiezos de los últimos días, aún juegan para .701, los únicos en todas las Grandes Ligas, con cuatro victorias más que los Astros.

Sin embargo, las cosas han comenzado a salirle mal al manager Aaron Boone. En el último partido ante Cincinatti ganaba 3-0 al cierre del octavo, luego de una tremenda actuación de Gerrit Cole, que en siete entradas solo permitió cuatro hits, dio una base y recetó 11 ponches. Parecía todo hecho, pero el relevista Clay Holmes, que lo había hecho todo bien desde que asumió como cerrador por el cubano Aroldis Chapam, dejó escapar el juego.

Nadie recuerda la última vez que Holmes malogró un salvamento pero el más cercano siempre queda en el recuerdo, sobre todo porque permitió las cuatro anotaciones que necesitaban los rojos para adelantarse, y aunque Boone trajo al juez de emergente por Joey Gallo en el noveno, el slugger se fue al banco con un ponche.

Igual, los Yankees intentarán volver a la senda ganadora para mantener la diferencia sobre sus perseguidores en la división del Este, sobre todo en los cinco partidos que le quedan antes del parón por el Juego de las Estrellas, previsto para el 20 de julio próximo.

En el Yankee Stadium jugarán dos veces más ante los Rojos y luego en tres oportunidades frente a los Medias Rojas, y al retorno del partido de las estrellas irán hasta Houston para enfrentar a los Astros, en un choque que siempre despierta mucho morbo y en el que pudiera darse un duelo entre Gerrit Cole y el veterano Justin Verlander, ambos en una gran temporada y antiguos compañeros de equipo en la novena texana.

Lo más importante para los Yankees hasta ahora ha sido la salud de la plantilla. Solo algún caso aislado de coronavirus o pequeñas molestias físicas han provocado la salida de alguno de los jugadores del roster o de la rotación. El más llamativo fue el de Chapman, a quien le ha costado regresar al nivel de principios de temporada y casi seguro que tiene perdido el puesto de cerrador con Holmes.

Los más importantes toleteros, como Judge, Giancarlo Stanton, Anthony Rizzo, Josh Donalson, DJ Lemahieu, Gleyber Torres, y el eficiente paracortos Isiah Kiner-Falefa han estado saludables, lo mismo que el cuerpo de abridores, cinco hombres de labor consolidada y salidas de calidad en la mayoría de los casos.

Sin embargo, la temporada es joven y el sueño de los Yankees va más allá de llegar a la postemporada. Pasa por ganar la Liga Americana, jugar la Serie Mundial, y ganarla, algo que no ocurre desde que le ganaron en seis partidos (4-2) a los Phillies de Filadelfia en 2009.

Cuando los Mulos de Manhattan dejaron libre, al final de la temporada anterior a Brett Gardner, dejaron escapar al último integrante de aquella novena que superó a los Phillies en 2009, aunque en la actual plantilla hay otros jugadores que ya saborearon alguna vez el título: el cubano Chapman y Rizzo, quienes se coronaron con los Cubs de Chicago en 2016.

Otro con un anillo de Serie Mundial es Matt Carpenter, pero su actuación con aquellos Cardenales de San Luis que ganaron en 2011 no fue significativa, incluso quedó fuera del roster para la postemporada, sin embargo y a pesar de su escasa contribución le dieron el anillo por la victoria ante los Rangers de Texas.

Carpenter no es un titular indiscutible de los Yankees, pero es un jugador de mucha experiencia, que defiende varias posiciones y que puede ser de mucha ayuda para Boone en la segunda parte de la temporada, incluso más allá, porque a estas alturas todos dan por hecho que estarán en octubre.

Eso sí, en el deporte hay que aprovechar los buenos momentos y los Yankees lo hicieron muy bien hasta ahora, lo mismo que Aaron Judge, aunque algunos no coincidan con Alex Rodríguez en aquello de que es la gran estrella de las Grandes Ligas, porque hay un japonés que se llama Shohei Ohtani que lo hace tan bien como pitcher que como bateador. Cuestión de gustos.