El FC Barcelona arrolla en la Liga Española, con un empate en el debut y victorias en cada uno de sus partidos posteriores, pero el equipo se atasca en la UEFA Champions League y necesita de una reacción rápida para evitar volver a la UEFA Europa League, una competición que ya jugó el año anterior y que no quieren repetir en la presente edición, sin embargo, los reveses ante Bayer Múnich e Inter de Milán pueden ser un aviso.
El Barça reforzó su plantilla todo lo que puedo durante el verano. Compró jugadores, renovó a otros, aprovechó que en el mercado había futbolistas talentosos que finalizaban contrato y los incorporó. No importó que las arcas estuvieras vacías y que no hubiera dinero para fichar, porque la presidencia apeló a las llamadas "palancas" y logró los fondos necesarios para hacerlos competitivos.
De una tacada llegaron nuevos centrales, el mejor delantero posible, extremos de calidad, y poco a poco el aficionado recuperó la confianza, en tanto el técnico Xavi Hernández, comenzó a lanzar mensajes positivos sobre las posibilidades del equipo. Algunos hablaron -y hablan- incluso de la posibilidad de ganar tres títulos: La Liga, la Champions y la Copa del Rey.
Encima de eso, desde Can Barça hablan de juego lindo, de jugar bien, de esas cosas que debe tener el fútbol para ser considerado vistoso y que, supuestamente, es propiedad casi absoluta de aquellos que vienen de La Masía , o que están inspirados en los sistemas que plantó Johan Cruyff en sus tiempos como entrenador del equipo catalán, aunque a veces a algunos les resulte aburrido e ineficiente.
Pero comenzó la Liga y la Champions. Y como en todos los deportes, el terreno de juego comenzó a decir, habló, y entonces llegaron los primeros temores, porque el equipo culé no pudo con su bestia negra, el Bayern Múnich alemán, y encajó una dolorosa derrota, por 0-2 en el Allianz Arena, que sembró dudas sobre sus reales opciones en competiciones europeas, y, sobre todo, fuera del Camp Nou.
BAYERN E INTER ACRECIENTAN LAS DUDAS
En el Barça le temen al Bayern. Saben que el poderoso club germano es de esos que no se conforma con ganar. Para ellos, se vale también aplastar al contrario, aniquilarlo, dejarle secuelas de esas que demoran tiempo en recuperarse, y el fantasma del 8-2 de Lisboa, de cuando los tiempos del coronavirus, aún sobrevuela sobre algunos jugadores, pero sobre todo en la afición.
La llegada de Raphinha, Ferrán Torres, Robert Lewandowski, Andreas Christensen, Frank Kessié, Héctor Bellerín, Marcos Alonso, y la renovación de Ousmane Dembelé, hizo creer a los aficionados culés que el Barça podría tomar desquite. Y pensaron que el momento era ahora, en la fase de grupos de la presente Champions, pero el equipo volvió de tierras alemanas con un 2-0 doloroso.
Cierto que siguió jugando muy bien en Liga, ante rivales que se le atrincheran atrás un día sí y otro también, y ante los cuales solo es necesario romper las habituales angostas líneas defensivas, pero el revés ante el equipo de Julian Nagelsmann dejó secuelas, y las aprovechó el Inter de Milán, un equipo con historia pero ahora mismo lastrado por las lesiones, que anda a mitad de tabla en la Liga Italiana.
El Milán ganó por 1-0 en el Giuseppe Meaza. Al Barça le anularon un gol y no le pitaron un penalti por dos jugadas muy parecidas -manos dentro del área- una propia y otra del rival. Y puede que técnico y jugadores tengan motivos para reclamar, pero al final dejó una pésima imagen ante un equipo que no está en condiciones de plantar cara a nadie en Europa.
OTRA NOCHE ACIAGA DE LEWANDOWSKI
Robert Lewandowski puede ser el delantero más letal del momento. Y si no es él, ese honor lo comparte con el noruego Erling Haaland, ahora jugador del Manchester City inglés. Y por esa razón el Barça apostó por él en el mercado de fichajes del verano: porque quería que el polaco marcara diferencias en el campo, y no desde los rivales sino para ayudar al equipo a terminar con el maleficio de los últimos años.
A Lewandowski le ha ido de maravillas en la Liga Española, en la que sale a más de un gol por partido. Ha anotado ocho goles hasta ahora en siete partidos y se convirtió en pieza importante en el liderazgo compartido del equipo en este arranque de temporada, pero en Europa, luego de la victoria ante el Viktoria Plzen, al polaco no se le ha visto fino sobre el césped y los goles han brillado por su ausencia.
Ante sus otrora compañeros del Bayern Múnich, el nueve del Barcelona se fue en blanco. No se encontró cómodo sobre la cancha y fue un factor importante de que su equipo no marcara, y no ya ganara, a pesar de que la prensa catalana y el entrenador dijeron al finalizar el choque estaban muy contentos, en una posición que muchos no entienden, porque no se puede estar contento cuando caes.
En San Siro, frente al Inter de Milán, sucedió otro tanto. Lewandowski jugó su peor partido en mucho tiempo, y su aporte fue insignificante. La zaga interista lo mantuvo siempre vago férreo control y ni pudo abrir espacios ni contó con posibilidades para disparar, y mucho menos opciones por arriba a pesar de que Dembelé insistió una y otra vez con centros en busca de un rematador de cabeza.
LA PLAGA DE LESIONES CRECE
El último parón de selecciones fue aciago para el Barcelona. De los partidos con sus respectivos países volvieron lesionados varios de sus jugadores. Los problemas físicos más complejos los arrastran los zagueros centrales Ronald Araujo y Jules Koundé, dos que estarán varias semanas fuera, sobre todo el uruguayo, que pudiera perderse incluso la Copa Mundial de Qatar, tras ser sometido a una intervención quirúrgica.
Pero no son los únicos. Los problemas físicos también afectan a los holandeses Memphis Depay y Frenjie de Jong, a Bellerín, y en el último día a otros dos jugadores, el centrocampista Ftank Kessié y el defensor central Andreas Christensen. En esa situación, con muchos de los recién fichados en recuperación, el Barça enfrenta una situación complicada, de cara a los próximos compromisos, y ya no solo en Champions.
En la octava fecha de La Liga, el Barça se medirá a un equipo peligroso,el Celta de Vigo, y aunque el partido será en el Camp Nou, el once gallego puede crearle problemas al equipo de Xavi Hernández, que apenas unos días después tendrá que volver a jugar contra el Inter de Milán, en Champions, en un enfrentamiento trascendental en sus aspiraciones de ir más allá de la fase de grupos.
Y luego, el domingo 16 de octubre, el rival será el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Dirán algunos que el año anterior, en el mismo escenario, el once culé ganó por 0-4, pero aquel fue un partido y ahora toca otro. Aquella era una historia y ahora es otra. Y la cantidad de partidos, las fuerzas diezmadas por las lesiones, la presión por clasificarse a octavos de Champions pueden pesar demasiado.
De cualquier manera, la prioridad del técnico y la directiva está puesta en la Champions, porque en Liga siempre habrá tiempo de remontar, pero en Europa, si quedas fuera no tienes otra opción que volver a ir a la Europa League, un torneo que desde Can Barça no quieren ni escuchar, sobre todo luego de la mala experiencia de la temporada anterior, en la cual fueron echados por el Eintracht de Frankfort.
Nada, que en Barcelona saben que llegó el momento más duro de la temporada. Llegó antes de tiempo, motivado por la plaga de lesiones y dos resultados que nadie esperaba: reveses sin goles ante el Bayern Múnich y el Inter de Milán, en ambos casos fuera del Camp Nou y sin que pudieran anotar en ninguno de ellos.
