Al mercado de fichajes de invierno le quedan unos días. Esos en los cuales las horas pasan aceleradamente para los jugadores que quieren cambiar de equipos o para los clubes que intentar reforzar sus respectivas plantillas, incluso darle salida a algún futbolista que no encaja bien en los esquemas del técnico o en la relación con el entrenador o sus compañeros. Pero es enero, y la mayoría mira más allá, hacia la otra ventana, porque pueden ocurrir cosas muy importantes.
Los jugadores que terminan contrato en el próximo verano, ya pueden negociar con cualquier club. Esos, de no renovar en los meses que faltan, se irían libres y casi seguro cobrarán primas de fichaje. Y los que acaban en junio de 2025, les darán a sus actuales dueños una última oportunidad para intentar sacar algo por ellos, todo eso antes de entrar en sus últimos meses de pacto y luego a negociar con la sartén por el mango.
Sin embargo, enero no se ha acabado y ocurren y ocurrirán cosas en los días que quedan, aunque, como siempre, no hay que esperar casos trascendentales, porque es invierno y no es el momento de hacer grandes inversiones ni de botar plata buscando a un crack que cambie todo. Las grandes estrellas, salvo raras excepciones, se mueven en verano, cuando la temporada haya dicho adiós.
VITOR ROQUE, BORJA IGLESIAS...
Siempre se mueve algún jugador interesante en enero. El Barcelona, que ha tenido problemas con el gol en los últimos meses, porque ninguno de sus artilleros terminó por convencer al entrenador, fue a por el brasileño Vitor Roque, a quien habían adquirido con anterioridad y que, en primera instancia, pensaron traer para junio de 2024 y no en enero, pero los planes cambiaron.
Raphinha, con alguna lesión momentánea y con un bajón en algún momento, no terminaba de convencer a Xavi. Ferrán Torres salía un día y hacía gol, pero luego se pasaba una semana, o dos y tres, sin anotar, lo mismo que pasó con el polaco Robert Lewandowski, quien, al parecer, ve cómo sus mejores años en el fútbol ya forman parte del pasado. En esa situación, Vitor Roque tenía que venir a Cataluña y eso hicieron.
Roque pudo ser el fichaje más glamoroso de la Liga española en el presente mercado. Sin embargo, el Barcelona lo trajo casi en silencio. Algún tertuliano de esos habituales shows de televisión que abundan en España lo puso por las nubes, pero en el club no creen que sea para tanto. Incluso, en la presentación no estuvo ni Joan laporta y todos sabemos que al mandatario blaugrana le gusto eso de darse liga con los nuevos fichajes.
Así que Roque ha pasado sin penas ni glorias. Ha jugado unos minutos residuales y aún se espera su primer gol. Mientras, en el Betis le encontraron un sitio donde acomodar al delantero Borja Iglesias, uno de esos jugadores que hacen grupo, que encajan en las plantillas, pero que los entrenadores siempre les encuentran algo para no confiar definitivamente. Y por eso el Real Betis que entrena Manuel Pellegrini lo mandó al Bayer de Leverkusen, donde aguarda por él Xabi Alonso.
El puesto de Iglesias queda vacío. El Betis necesita un goleador para enfrentar la recta final de la temporada y nadie mejor, al parecer que Raúl de Tomás, otrora del Real Madrid, del Espanyol y ahora en el Rayo Vallecano, donde su situación no es todo lo feliz que él quisiera. A Pellegrini le gusta, pero antes debe esperar a que se terminen de atar los hilos de la salida de Iglesias para luego ir a por De Tomás. Por ahora a esperar.
DAVIES, MBAPPÉ, BERNARDO SILVA
La mayoría de los clubes, como decíamos antes, aguardan al verano. Algunos esperan con optimismo que algún jugador diga que se quiere ir, o intentarán sondearlo, como suele ocurrir siempre, pero lo ideal es ir a por los que terminan contrato o los que lo harán en los próximos 12 meses, Ese es el momento ideal, porque los clubes de procedencia tienen que rebajar los precios de venta para no perderlo todo un año después.
Tanto el Real Madrid como el Barcelona tienen experiencia en esto. En la llamada Casa Blanca ficharon en la última década, en estas condiciones, a Tony Kroos, Thibaut Courtois, David Alaba o Antonio Rüdiger, entre algunos otros, y eso es lo que intenta hacer en este verano con dos de los hombres que pueden cambiar de un golpe el panorama del club, porque vendrían para ser titularísimos.
Uno de ellos es el francés Kylian Mbappé, del cual no vamos a hablar mucho, porque ha sido tema redundante en estas páginas en los últimos años. El Madrid solo espera la decisión del capitán de Les Bleus para hacerlo público, porque Florentino Pérez solo imagina la inauguración del nuevo estadio con Mbappé en el césped, con una ceremonia grandiosa, que juntará, de golpe, a lo que más vale y brilla de la farándula, al política y el deporte en medio mundo.
Podría ser la presentación más glamorosa de un deportista en la historia. pero el Madrid piensa en el lateral izquierdo del Bayern Múnich, Alphonse Davies. El canadiense de origen congolés termina contrato en junio de 2025 y a pesar de que el club le ha ofrecido en varias ocasiones la renovación, el jugador pasó de largo. En las últimas horas, hasta el propio entrenador bávaro, Thomás Tuchel, achacó su falta de concentración a que lo ve fuera.
En Barcelona tienen claro que el salto de calidad del club lo pueden dar solo con Bernardo Silva. En Cataluña intentarán soltar lastre -léase uno de los veteranos de la plantilla, como el polaco Lewandowski- para traer al luso, un jugador espectacular, que sabe lo que es ganar torneos y asumir liderazgo, algo que ahora mismo hace mucha falta en el actual campeón de España. Habrá que ver.
