Ahora mismo nadie sabe lo que pasa por la cabeza del entrenador del Real Madrid, el italiano Carlo Ancelotti. Es miércoles, el sábado tiene partido ante el sublíder Girona, y en una semana los octavos de Champions y no tiene ni un solo defensor central disponible. Nunca antes el equipo se había visto en una situación similar, sin embargo es posible que en dos días Carletto aparezca ante la prensa sin preocupaciones.
El Real Madrid fue a la gira de pretemporada por Estados Unidos con cuatro zagueros centrales: Eder Miliato, Antonio Rüdiger, David Alaba y Nacho Fernández. El club y el cuerpo técnico tenían confianza en la calidad y la experiencia de sus defensores, los cuales completarían la zona defensiva con Dani Carvajal y Lucas Vázquez como laterales derechos, y Ferland Mendy y Frank García, como izquierdos.
Con Thibaut Courtois detrás, el equipo parecía rocoso, pero, de pronto, todo se derrumbó como un castillo de naipes. Courtois se lesionó en un entrenamiento el 10 de agosto por rotura de ligamento cruzado de su rodilla izquierda, y el equipo aún no había salido del susto y buscaba un sustituto en le mercado, cuando Militao sufrió la misma lesión, en la misma zona, del mismo pie.
LOS SUSTITUTOS
Para el arco, el Real Madrid tenía al ucraniano Andriy Lunin, pero no le convencía y luego de estudiar numerosas posibilidades, se inclinó por un arquero que alguna vez tuvo las maletas hechas para desembarcar en el equipo, el vasco Kepa Arrizabalaga, quien llegó en calidad de cedido del Chelsea inglés. Pero, para el centrod e la zaga la estrategia fue otra, y tanto la directiva como el cuerpo técnico decidieron que se las apañarían con tres zagueros.
Hubo una reunión entre Florentino Pérez y Carletto para hablar sobre el tema. El Madrid quiere fichar a un buen defensor central, pero quiere a un joven, con proyección y con dones de crack, y a esa hora no iba a encontrar ninguno así, a menos que lo pagara a precio de oro. El entrenador entendió y le dijo al presidente que en caso de necesidad extrema siempre podrían usar a Aurelién Tchouaméni.
Ancelotti pensó en otros nombres, como Ferland Mendy, Eduardo Camavinga y Dani Carvajal, pero creyó que con Tchouaméni todo estaría resuelto, pero las cosas a veces no son como uno las imagina. Hasta mediados de diciembre todo fue bien, el equipo ganó todos los partidos menos uno y ya nadie se acordaba de Militao, al menos no con urgencia, pero entonces también se rompió el cruzado de la rodilla izquierda David Alaba.
El Real Madrid quedó en cuadro y otra vez se reunieron Florentino Pérez y Ancelotti. El equipo iba bien, era un cerrojo atrás. Tchouaméni lo había hecho bien en una ocasión como zaguero y siempre, para los partidos grandes, tendría a la dupla de Nacho y Rüdiger, Y así fue en enero, con la Supercopa de España y la Copa del Rey, con triunfo en la primera y eliminación en la segunda.
Pero entró febrero y para el mismo partido, ante el Atlético de Madrid, Tcouaméni pagó una fecha de sanción por acumulación de amarillas y Rüdiger no se pudo recuperar de un golpe en un muslo que le provocó hematomas. CArletto solo pudo jugar con Nacho y Carvajal, los dos centrales de más baja estatura que abrieron como titulares por el Real Madrid al menos en los últimos 50 años. Y estuvieron a punto de ganar el partido, que terminó 1-1.
DEFENSA EN CUADRO, NI UN CENTRAL DISPONIBLE
Ante el Atlético sufrió Nacho una sobrecarga muscular y se sumó a la lista de lesionados, que este miércoles no saltaron a la cancha a entrenarse, apenas a 72 horas del partido ante el Girona, que marcha sublíder, apenas a dos puntos por detrás del equipo blanco. Ancelotti ha subido las cejas en varias ocasiones pero tampoco se ha molestado, porque el avezado entrenador está adaptado a contar con los que tiene disponibles.
Para el sábado pueden recuperarse Nacho y Rüdiger, uno de los dos o ninguno. Si están listos, sin necesidad de forzar, alinearán, de lo contrario la prioridad sería el partido ante el RB Leipzig por los octavos de Champions a mediados de la siguiente semana. Ante el Girona, es probable que no veamos sobre la cancha a ningún zaguero central, posiblemente con Tchouaméni y Carvajal como los encargados de proteger más de cerca a Lunin o Kepa.
Ya Militao se ejercita de manera individual y desde el club son optimistas con la posibilidad de que esté listo para finales de este mes o principios del siguiente. Esa sería l mejor noticia para el cuerpo técnico, que contaría con un especialista de alto nivel de cara a la parte final de la temporada, pero antes tendrá el equipo que solventar los octavos de final de la Champions contra el equipo germano, porque entonces no valdría de mucho el retorno del brasileño.
Carletto es un viejo zorro del fútbol. Sabe cómo manejar un banquillo, como tener contentos a sus jugadores y en esos años como jugador y entrenador aprendió también a encontrar soluciones de emergencia ante la falta de un especialista, como ha hecho este año en la delantera, porque el club se negó a comprar un nueve, más allá de Joselu Mato, en espera de la llegada del brasileño Endrick y la posible de Kylian Mbappé.
El Madrid no ha sentido la falta de un atacante puro. De hecho, solo ha perdido dos veces en toda la temporada, pero lo de los centrales es otra cosa, y tendrá que hilar muy fino para solventar la ausencia atrás de todos los defensores centrales, a menos que en unas horas se recuperen Nacho y Rüdiger y en unas semanas regrese Militao, porque no creo que pueda llegar a una final europea con Tchouaméni y Carvajal como centrales.
