Morata, entre el Atlético de Madrid y la Juventus

Pocos jugadores en el mundo del fútbol han movido más dinero que Álvaro Morata, el internacional español que ha defendido los colores de grandes clubes de la Liga Española, la Premier y el Calcio, y que en estos momentos se debate entre su regreso al Atlético de Madrid y su permanencia en la Juventus de Turín.

El 9 de Luis Enrique en la selección española comenzó su andar en el fútbol en la cantera del Atlético, pero un día, de niño aún, se fue a la del Real Madrid, porque el blanco era su color favorito, porque allí estaba su pasión y aquella camiseta era la que quería defender.

Ya en el Castilla mostró las mismas credenciales de goleador que traía de las categorías inferiores del Real Madrid, incluso de torneos de selecciones para niños. En la temporada 2013-2014 Morata estuvo a las órdenes de Carlo Ancelotti y se apuntó su primer título de Champions, pese a lo cual, al año siguiente, se fue a la Juventus de Turín.

Desde la Juve lo veían como un delantero de futuro. Y al atacante le pareció bien y se fue al campeón de Italia, donde encontró un habitat ideal para mejorar, sobre todo porque tuvo los minutos que el Santiago Bernabéu le negaba, por la presencia dominante de Cristiano Ronaldo, Karim Bensema y Garet Bale, la conocida BBC que tantas alegrías le dio a los aficionados blancos.

Un contrato por cuatro años, más otro opcional lo llevaron al Calcio, pero el Madrid se guardó una opción de recompra por 30 millones, que ejecutó 24 meses después, tras su explosión como jugador de la Juventus, pero veamos lo que sucedió en Champions.

Aquello de que no hay peor cuña que la del mismo palo se cumplió con Morata, que alineó de titular en los dos partidos de la semifinal de la Liga de Campeones y fue pieza clave de la eliminación de los blancos, con un gol en cada partido. En la ida, luego de que el Madrid se adelantara por intermedio de Cristiano Ronaldo, desde el punto de penal, Morata puso el empate en el minuto 57.

En la vuelta, en el campo de la Juventus, Morata adelantó a la Vecchia Signora en el minuto 8, y aunque Cristiano igualó en el 27, del resto se encargó el argentino Carlos Tévez, que marcó el 2-1 definitivo para poner a su equipo en la final y evitar un partido por el título continental entre el Real Madrid y el Barcelona.

Su actuación con la Juventus ese año y el siguiente, le sirvió de mucho a Morata, quien, como decíamos, fue reclamado por el Madrid para incorporarse al equipo de casa, entonces a las órdenes de Zinedine Zidane, quien le dio minutos al delantero e hizo que fuera y se sintiera importante.

Un título de Champions, el segundo con la casaca blanca y su tercera final, además de campeón de Liga y Mundial de clubes, pero Morata quería más y optó por el Chelsea inglés. No se adaptaba a los minutos residuales que le daba Zidane y optó por irse a Londres. A su llegada comentó que siempre fue admirador del equipo londinense.

Sin embargo, tampoco tuvo la continuidad que quería y terminó por volver a Madrid, al Atlético, del cual dijo que había sido el equipo de su vida desde niño, más o menos lo que dijo del Madrid cuando se vestía de blanco, una situación que le granjeó detractores en su otrora club.

Al final, el Atlético se hizo en propiedad con su ficha, pero Morata nunca le llenó el ojo al entrenador Diego Simeone, quien jamás le dio la titularidad absoluta, razón por la cual en 2020 regresó a la Juventus en calidad de cedido, por una o dos campañas, por 10 millones de dólares, y con opciones de compra de 45 y 35 millones, en dependencia de si era el primer año o el segundo.

Ahora, terminado el préstamo y ante la salida de Luis Suárez del Atlético, Morata debe volver, pero en Madrid no están por acogerlo de regreso y quieren que la Juve se lo quede, solo que desde Turín dicen que no por 35 millones, sino por unos 15, cuando más.

El Atlético pagó 65 millones al Chelsea por el atacante y espera que la Juventus cumpla su palabra y pague los 35 acordados por la opción de compra en el segundo año de la cesión, pero la directiva de la Vecchia Signora insiste en que quiere devolverlo.

En el medio está el jugador, que sigue sumando minutos con la selección nacional, donde Luis Enrique lo tiene como nueve fijo, y aunque él dice que en estos momentos no le preocupa su futuro, lo cierto es que muy tranquilo no puede estar cuando su futuro profesional está en el aire.

La mejor situación la tiene la Juve, porque la opción de decidir pasa por sus manos, pero igual quiere abaratar la posible compra definitiva y presiona al Atlético, porque sabe que Morata no es del agrado de Simeone y que su vuelta con los rojiblancos crearía un problema para el entrenador.

Morata está mejor en Turín. Su familia está adaptada al Piamonte, su esposa es italiana, pero aún pertenece al Atlético y decir que no quiere regresar podría complicar su futuro, si al final tiene que volver. Por eso espera que las partes se pongan de acuerdo, mientras él juega con la selección.

La Juventus, incluso, deslizó la posibilidad de meter en la operación a Moisés Kean, un nueve que no termina de explotar, pero al Cholo Simeone y a la directiva rojiblanca tampoco le apetece la propuesta, razón por la cual la situación de Morata puede extenderse durante el mercado de verano.

Por ahora, eso sí, parece más cerca de un Atlético que ya no lo quiere, que de una Juventus que aún lo necesita, pero esas cosas pasan en la vida y también en el fútbol. ¿Dónde cree usted que jugará?